lunes, 28 de marzo de 2011

Mi chico misterioso 2.

Poco después de terminar de desayunar, Ana llama al telefonillo. Le abro, y se queda sentada en el sofá viendo la tele mientras me pongo el bikini y me hago una coleta. La verdad es que no me apetece nada ir a la playa, pero así por lo menos se me pasará rápida la mañana. Cuando voy al salón, Ana está en la terraza mirando a unos chicos que están tumbados en la arena.
  • A uno de esos necesitamos nosotras- dijo Ana mientras se reía.
  • Yo estoy perfectamente como estoy.
  • Y tu chico misterioso? Tampoco le darías una oportunidad si pudieses estar con él?
La miré con cara de “me has pillado”, y decidí que sería mejor dejar ahí la conversación.
Llegamos en diez minutos a la playa, pusimos las toallas, nos pusimos las gafas de sol, y nos tumbamos en la arena. Ana no paraba de mirar a los chicos que habíamos visto desde el balcón, que estaban a unos diez metros de nosotras.
  • Tía, tía que fuerte, que se acercan hacia aquí- me dijo después de unos 5 minutos.
  • ¿Cómo?-grité casi histérica.
  • Hola- saludó un chico castaño que venía junto a otro más moreno.
  • Hola-contestó Ana sin parar de sonreír.
  • ¿Qué tal chicas?
...
Sí, al principio fue una conversación de besugos, pero la verdad, no sé cómo terminamos aceptando a ir esa misma noche a la discoteca con ellos. Pero desde luego, si hubiese sabido lo que me esperaba allí esa noche, hubiera aceptado mil veces más y no lo hubiera cambiado por nada del mundo.

1 comentario:

  1. Que bonito, ojalá tuviéramos días así siempre.
    Gracia por pasarte por mi blog :)

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