lunes, 10 de octubre de 2011

Mi chico misterioso 13.


Después de pasar toda la mañana pensando en él, me llegó un SMS suyo que me sacó una gran sonrisa. Me decía que esa noche había una fiesta en casa de una chica. No, no la conocía, pero cualquier excusa era buena, además, Ana iba a ir con Diego, y cualquier excusa era válida para ver a Mi chico misterioso. Total, que aunque quedamos los 4 a las 9 en casa de Ana, a las cuatro en punto abrí mi portátil, inicié una video llamada con Ana, y estuvimos discutiendo modelito. Sí, así éramos, siempre tan unidas, sinceras la una con la otra... éramos como hermanas.
  • Bueno, esta noche tienes que ir a saco.
  • No lo sé Ana, ya me conoces. Además no quiero verme forzada a nada, quiero que sea un momento mágico, aunque suene cursi.
  • Bueno, no es que suene cursi. Yo también he sido siempre de las de pensar: no besaré a un chico hasta que encuentre al adecuado. Pero también he terminado aprendiendo que los príncipes azules no abundan, y que prácticamente sólo los encuentras en las pelis. Además, ya sabes como son los tíos...
  • Ya, bueno... pero si te digo la verdad, tengo la esperanza de encontrar a mi Príncipe, aunque existan uno entre un millón...
  • ¿Qué tal este?- me dijo tras probarse el 5º vestido.
  • Genial, es ese, vas a arrasar. Aunque creo que Diego ya está bastante colgado por ti ¿no?
  • Jajajaja. Bueno, ahora preocúpate por tu traje.

Sí, al final decidí modelito, después de mucho. Salí a las 9 menos cuarto y fui a casa de Ana. Subí, y como siempre, iba con retraso. A las nueve en punto llamaron los chicos, pero hasta y cuarto no bajamos.
  • Lo bueno se hace esperar- fue la excusa de Ana.
Llegamos a la fiesta, después de 20 minutos de bus. Había un montón de gente, y todo estaba muy bien ambientado. Nos fuimos al salón de la enorme casa, y estuvimos bailando los 4 en círculo un rato, y después Ana se fue con Diego a dar una vuelta.
  • Hacen buena pareja, ¿eh?
  • ¿Cómo?- pregunté, ya que no le oía por la música, que estaba a todo volumen.
  • Digo que hacen muy buena pareja.
  • Ahhh... Sí, es verdad- dije mientras asentía.
  • ¿Te apetece tomar algo?
  • Claro, estoy seca, además quiero descansar un rato.
  • Pues vamos.
Fuimos a la cocina, en la que la música ya no resonaba tanto como en el salón. Estuvimos hablando un buen rato.
  • Estás muy guapa- me dijo.
Bastó la mejor de mis sonrisas para darle las gracias.
De repente, vino un chico, nos agarró a los dos del brazo, y dijo:
  • Bien, los dos que faltaban. Ya podemos empezar.
Hasta que llegué al dormitorio, no sabía a lo que se refería. Iban a jugar a botella. Corrijo: Íbamos a jugar a botella. Pero no la típica botella de besos inocentes, sino a los 5 minutos en el armario, que en este caso, era un vestidor.
Total, que no opuse resistencia, aunque no me apetecía nada jugar.
Pasaron unos turnos, y la botella no me señaló ni una vez, y por suerte a Mi Chico Misterioso tampoco. Peró... lo inevitable pasó. La botella me señaló.
Mierda”- pensé.
Y la verdad, nunca había creído en el destino, la suerte o las casualidades, pero después de pasar esos 5 minutos con Mi chico Misterioso en el armario, me lo replantearía seriamente.



4 comentarios:

  1. Oh que bonito!
    Me enamora esta historia de verdad :) Me alegro un montón por ti!
    Un beso :)

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  2. :) Me alegro de que te enamore, pero la verdad, todo es producto de mi imaginación!

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  3. Hola María, me encanta tu blog y me gustaría que me dieras un consejo sobre un chico, que lleva un mes pidiendome un beso, pero a mi no me gusta. Mi problema es que nunca he besado a nadie y tengo casi 16 años, que hago, le dejo que me de mi primer beso aunque no me guste y así me lo quito de encima, o me espero al chico adecuado (?)
    Un beso :)

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    1. Hola! Pues yo creo, que si no te gusta quizá deberías esperar a encontrar al chico adecuado. Además, quizá si cedes puedas crear falsas expectativas para él. Espero poderte ayudar en algo, y no pasa nada por esperar, al final tu espera se verá recompensada! Un beso!

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